Huelgas y paros enmarcan ambiente de Francia previo a la Eurocopa

  • 09 de Junio del 2016

Los sindicatos franceses franquean en estas horas la línea roja que el gobierno ha intentado a toda costa que no cruzaran: huelgas y paros en el inicio de la Eurocopa, el torneo que a partir del viernes pondrá a Francia en el centro de la atención mundial. De los ferroviarios a los pilotos, las refinerías o el tratamiento de basura, las centrales mantienen la protesta pese a las cesiones clave impuestas por el gobierno; además, siete organizaciones ultiman detalles para la gran manifestación contra la reforma laboral el día 14 en París.
Las principales huelgas son la indefinida del sector ferroviario, que arrancó el pasado 31, y la de los pilotos de Air France, prevista para tres días a partir del sábado. En ambas se ha implicado el gobierno y ha exigido a las compañías afectadas que cedan a las reivindicaciones sindicales. Como única línea roja, el gobierno no retirará la reforma laboral, origen de las movilizaciones en Francia desde marzo.
El caso de los paros en la SNCF (la Renfe francesa, transportista oficial de la Eurocopa) refleja el desigual pulso de estas semanas. Los sindicatos convocaron la huelga indefinida, que ya ha costado 300 millones a la compañía, para protestar contra el nuevo convenio y, en segundo término, contra la reforma laboral.
Ese nuevo convenio es –o era- el paso fundamental de la obligada renovación de la SNCF, propiedad del Estado al 100%, porque a finales de esta década tendrá que enfrentarse a la competencia en mejores condiciones de competitividad.
Para ahorrar costos –arrastra una deuda de 50 mil millones de euros-, dirección y sindicatos negociaban, por ejemplo, ser más flexibles en la aplicación de una norma que se ha convertido en un símbolo: ninguno de los 20 mil empleados puede trabajar más allá de las siete de la tarde si al día siguiente inicia sus dos jornadas de descanso. Si lo hace, tiene derecho a un día más de libranza.
El pasado fin de semana, el presidente François Hollande ordenó ceder. Lo hizo a regañadientes la cúpula de la SNCF que ahora no solo no logrará ahorrar, como se le había exigido, sino que aumentará la deuda. Además, el Ejecutivo se ha comprometido a invertir cien millones más al año en mejorar infraestructuras y a asumir parte de esa deuda en el futuro.

 

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Por: Provincia